
Para ello, en la hermandad se abrió un libro en el que se iba apuntando a aquellos fieles que decidían dar un donativo para completar el paso de misterio. Un libro por cada una de las figuras a encargar al imaginero. Rápidamente el libro destinado a sufragar los costes del caballo fue el que más adhesiones concitó, y por tanto en el que más tinta se había empleado para apuntar a los mecenas y las cantidades; de ahí el dicho de que ‘el caballo tenía más tinta que un calamar’; a partir de lo cual surgió su apodo popular.
¿Y quién monta a Calamar? El centurión Quinto Cornelio. Un nombre excesivamente aristocrático para Triana. Era según la supuesta sentencia de Pilatos encontrada en 1580 el primer centurión del gobernador romano y al cual se le encomendó la tarea de llevar a Jesús por las calles de Jerusalén. Rebautizado popularmente como Rafaé, él junto a Calamar, son los encargados de presentar cada Madrugada al Señor de las Tres Caídas.
http://elcorreoweb.es/maspasion/guia-cofrade-calamar-y-rafae-183-HK3059696
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